Malas compañías

Algunos que se llaman a sí mismos periodistas llevan toda la semana advirtiéndome de que, si participo en la Marea Blanca, corro el riesgo de frecuentar malas compañías. Me he preocupado, porque mi madre se pasó toda mi infancia previniéndome precisamente contra esas malas compañías. Así que he revisado la gente que he conocido en las mareas a ver si detecto a esos peligroso individuos. Esta es la lista:

– Un médico de la Paz que pasa muchas noches sin dormir, luchando a brazo partido con la muerte en la sala de Urgencias.

– Una enfermera del Sureste que fabrica globos con guantes para tranquilizar a los niños antes de pincharles.

– Un auxiliar del Ramón y Cajal que suele pasar ratos cogiendo la mano de los pacientes que no tienen visitas.

– Un celador de Alcalá que se aprende chistes para contárselos a los pacientes mientras los lleva al quirófano.

– Un residente del Marañón que dedica sus tardes libres a estudiar los casos que operará al día siguiente.

– Un jefe de servicio a punto de jubilarse en el Clínico, que sigue leyendo el New England cada semana.

– Una fisioterapeuta del Henares que sabe que su sonrisa forma parte del tratamiento que realiza.

– El pediatra de un centro de salud de las Rozas, que empieza casi todas sus consultas auscultando ositos de peluche.

– Un administrativo de la Princesa que atiende con el mismo empeño a todos, aunque no tengan papeles.

– Una limpiadora de Puerta de Hierro que da los buenos días y un rato de conversación a cada paciente.

– Un técnico del SUMMA que se juega la vida en cada guardia.

– Un paciente crónico de Aranjuez que no quiere verse convertido en moneda de cambio de las empresas privadas.

– Un médico que trabaja en la privada y va a las manifestaciones casi de incógnito.

– Un joven especialista de Leganés que trabaja las mismas horas que siempre aunque le han reducido el contrato al 50%.

– La matrona de un centro de salud de Parla que suele acabar su consulta dos horas tarde para no dejar con dudas a sus pacientes.

– Un médico de Getafe que investiga en su tiempo libre, y sin subvención, un tratamiento para el cáncer de páncreas.

Seguro que no todos los que van a las mareas son los mejores profesionales del mundo mundial. Que igual algunos no son tan educados como deberían o están más quemados de la cuenta. Pero deben ser minoría, porque la sanidad pública sigue siendo la institución más valorada por el 92% de los españoles.

A lo mejor los que hablan de malas compañías se refieren a que hay gente con una ideología distinta a la mía. O a que tienen opciones políticas diversas. O a que son del Atleti. Lástima que en estos 10 meses no se me haya ocurrido preguntárselo. Qué va a pensar mi madre.

NOTA: este es el último rato que pierdo con cosas así. Hay demasiado que construir como para entretenerse con noticias destructivas.

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8 respuestas a Malas compañías

  1. No creo que pierdas el rato con estos post…
    Sé que no lo podrás decir, pero me gustaría saber quién es el jefe de servicio del Clínico… tengo varios candidatos, aunque estoy casi seguro de que acertaría a la primera 😉

  2. lavozdelhulp dijo:

    Precisión de intensivista, con la visión de quien tiene ojo clínico. Gracias otra vez

  3. Monica dijo:

    Tienes razón en tu argumentación.
    Pero a muchos, estando de acuerdo con vosotros, nos da rabia ver en la marea blanca a personas que insultan a enfermas por el hecho de ser delegadas del gobierno.
    O que posan alborozadas al lado de Arnaldo Otegui.
    Desde luego, eso sí son malas compañias
    un saludo.

    • anadeph dijo:

      Obviamente a nosotros nos molesta más que a nadie. Pero después de 10 meses de protesta cívica sin un solo incidente, de dar los datos y argumentos que no da la otra parte… Intentar cargarnos a los 80.000 profesionales con el mochuelo de dos indocumentados es manipulación pura y dura.

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  5. DACIL dijo:

    Se llaman malas compañias porque a los de arriba no les interesa que hagas presion para mejorar el servicio, para intentar convencerte de ello de manera diplomatica y que se pueda seguir deteriorando la sanidad sin complejo

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