Pequeño gran hospital

Querido hospital:

Parece mentira que ya hayan pasado 12 años desde aquel día en que llegábamos por primera vez, perdidos por la A3 y con la rotonda aún a medio construir. No sabíamos qué nos depararía el futuro; si serías, como decían algunos, «un ambulatorio con camas» o seríamos capaces de hacerte crecer como hospital de agudos. Desde entonces hemos vivido tantas cosas… alegrías y sinsabores, preocupaciones y éxitos… Y, paso a paso, hemos construido tu historia y tu personalidad.

No sabíamos entonces qué sería de ti, pero lo que es seguro es que si, en aquel lejano febrero de 2008, alguien nos hubiera contado lo que íbamos a vivir este mes lo habríamos tomado por el desvarío de un loco. El tsunami que nos ha arrastrado y nos ha hecho vivir la peor de las pesadillas no entraba en tus planes, ni en los nuestros.

Pero quizá haya sido ahora, en el peor momento, cuando has mostrado tu cara real. La de profesionales que estiran turnos y duplican guardias sin pensárselo, que se exponen a un virus traicionero con tal de ganarle unos metros en esta batalla. La de una planta de hospitalización que en pocos días doblaba su capacidad, y una UCI que se multiplicaba por cuatro en un fin de semana, la del ingenio para conseguir recursos para todos y la colaboración entre especialidades, aunque supusiera en ocasiones cambiar de ocupación,  desempolvar fonendos o abandonar las calculadoras pediátricas para tratar pacientes de 100 kg… La de una plantilla que se esforzaba por humanizar la realidad de los afectados por una pandemia que deshumaniza todo lo que toca; un equipo que sonríe debajo de las mascarillas, acaricia con manos enguantadas y escribe mensajes de ánimo en sus EPIs… Y que también llora y se traga las lágrimas, se rompe y se recompone, para seguir poniendo los cinco sentidos en sus pacientes.

Y, al mismo, tiempo, hemos experimentado cómo todo un área sanitaria se volcaba en una ola inmensa de solidaridad, cosiendo mascarillas, imprimiendo pantallas y artilugios en 3D, donando cosas de lo más variopintas, dejando carteles de ánimo, aplaudiendo a las 8 o -lo más importante- quedándose en casa. Gracias Arganda, Rivas, Morata, Villarejo, Brea, Tielmes, Estremera, Perales y todos…

Saldremos de esta, y no volveremos a ser los mismos. Quedarán algunas cicatrices visibles y muchas de las que no se ven. Quedará un futuro por reconstruir y un terrible pasado en el recuerdo. Quedará la alegría de las vidas salvadas y la agridulce memoria de los que se fueron. Y quedará un hospital más fuerte, más unido y más humano. Mucho más humano.

Realmente, nos estás haciendo sentir orgullosos de formar parte de este equipo. Nos estás demostrando la grandeza de un puñado de profesionales y personas, enormes en ciencia y en humanidad.

Sí, te has ganado un sitio entre los grandes, pequeño.

Esta entrada fue publicada en Historias de la UCI, Medicina, Sanidad Pública. Guarda el enlace permanente.

5 respuestas a Pequeño gran hospital

  1. libreoyente dijo:

    Admiradísima colega: Ese maravilloso Hospital puede estar bien orgulloso de todos sus componentes. Toda mi gratitud, admiración y cariño. Muchísima fuerza y Salud.

  2. Carmen dijo:

    Sólo mi ánimo y mi alegría por teneros soy de Bilbao pero os acojo a todos con mi gran cariño tener grnte que se desvivi por los demás que sin nada saca a un país adelante mi orgullo y agradecimiento por teneros gracias a vuestra entrega ganaremos y llos que se han quedado en el camino no dudéis que os ayudarán un abrazo

  3. Eva carbonie juan dijo:

    18 dias ingresada por corona virus, muy muy malita, por fin ya estoy en casa con una trombosis pulmonar, pero curada de covid19, mi agradecimiento a todo todo el personal Sanitario que me ha cuidado y tratado súper bien, nunca jamas olvidaré el trato que me habeis dado, MUCHISIMAS MUCHISIMAS GRACIAS DE TODO CORAZÓN.

  4. Adoración López Gómez dijo:

    Para todo aquel, que lo ha vivido.
    Para todo aquel que lo ha luchado.
    Para todos y cada uno de los que lo han sufrido.
    Para todos aquellos, que han salvado vidas,
    o la vida propia ha salvado.
    Que la grandeza de esa mala experiencia. Finalmente, consiga su regalo.
    La satisfacción propia, de haberlo logrado!.

    Felicidades a todos los sanitarios de éste hospital, en especial a mi hijo David. Que pertenece a esa plantilla. Y mi enhorabuena, a todos los que lo han pasado.

  5. Mayte de P. dijo:

    Mi hospital, el de Ferrol, también es pequeño y también estamos todos luchando como en el tuyo. Siempre he pensado que no tiene nada que envidiar a otros pero ahora creo que sí, no tiene a nadie que le haya escrito una carta tan bonita y emocionante como la tuya. Como siempre, una delicia leerte.

Deja un comentario