La sepsis, una enfermedad frecuente que mata

A los pocos minutos de conocerse el fallecimiento del fiscal general del Estado por una sepsis -parece ser que urinaria-, habían saltado a la palestra todas las teorías de la conspiración. Se habló de la sepsis (no la llaméis septicemia, por favor, razón aquí) como un enfermedad «rara, pero no imposible», se preguntó cómo es posible que una infección causara la muerte, más aún a una persona joven y previamente sana, o qué relación había entre la infección y la insuficiencia renal aguda de la que algunos hablaban. Google se llenó de periodistas buscando qué es la sepsis y los intensivistas, que nos enfrentamos a ella cada día, tuvimos que leer muchas cosas que eran fruto de la desinformación. 

Aunque desde 2012 se celebra en septiembre el Día Mundial de la Sepsis, es difícil generar tanta expectación sobre esta patología como la que hoy hay en España, y he decidido aprovecharlo para hacer un poquito de divulgación sobre esta enfermedad que es frecuente y, desgraciadamente, tiene una alta mortalidad.

 

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Según datos de 2016, en España hay unos 50.000 casos de sepsis anuales, con una mortalidad que ronda el 35%, lo que supone unas 17.500 muertes al año por esta causa.  15 veces más que los accidentes de tráfico. En todo el mundo fallecen unas 50 personas cada hora a causa de la sepsis, con una cifra total que se encuentra entre 6 y 9 millones de fallecimientos. Casi nada.

 

 

 

Pero, ¿de qué estamos hablando? Al hablar de sepsis, nos referimos a un cuadro sistémico que se produce cuando los mecanismos de defensa del organismo reaccionan exageradamente ante una infección. La infección inicial puede ser urinaria, abdominal, cutánea, una neumonía, una meningitis, la infección de una herida quirúrgica o de cualquier otra localización…

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Suelo explicar a mis pacientes que el problema se produce cuando la inflamación (que no es sino el sistema que tiene el organismo para defenderse), en vez de limitarse al lugar de infección, se descontrola y afecta a otros órganos vitales, llegando a generar una situación en la que la propia defensa es más dañina que la agresión inicial. Con la dificultad añadida de que esa inflamación no se frena automáticamente al tratar la infección con el antibiótico correcto, sino que puede durar mucho más tiempo.

La inflamación de la sepsis no se limita al órgano inicialmente afectado, sino que se extiende a otros causando lo que se conoce como «fracaso multiorgánico», término que creo que no exige explicación. Los órganos vitales fracasan en una cascada que puede poner en peligro la vida del paciente muy rápidamente. La tensión arterial cae y se desarrolla lo que conocemos como shock séptico, una situación de extrema gravedad en la que los órganos no consiguen recibir adecuadamente el oxígeno y los nutrientes que requieren para su actividad normal. El corazón y los pulmones pueden verse afectados poniendo en peligro el intercambio y transporte de oxígeno. El riñón es especialmente sensible a la situación de shock séptico. El hígado y los sistema de coagulación pueden ser también arrastrados por esta cascada de fallos, al igual que el cerebro y el resto del sistema nervioso.

Cuantos más órganos fracasen, más alta será la mortalidad, que alcanza el 50% en los pacientes con shock séptico. El espectro de la sepsis es un continuo que va desde cuadros más o menos leves hasta episodios fulminantes de fracaso multiorgánico que llevan casi irremediablemente a la muerte del paciente.

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Los síntomas iniciales de un cuadro séptico pueden no ser demasiado distintos de los de una infección más leve, por lo que es necesario mantener un alto índice de sospecha. Cualquier persona puede sufrir una sepsis, aunque es más frecuente en niños y ancianos, así como en personas con patología crónica como tumores, diabetes, inmunosupresión de cualquier causa o enfermedad hepática o renal.

¿Y, ante esto, qué puede hacer el intensivista? Lo más importante, detectarla pronto. Cada hora que pasa sin tratamiento la mortalidad crece exponencialmente. Por eso existen en los hospitales diversas iniciativas de detección precoz de los pacientes sépticos. Y además, controlar el foco de infección (en ocasiones será necesario la cirugía, o retirar un catéter infectado, etcétera…) y administrar sin demora los antibióticos oportunos (hablamos de la hora de oro porque a partir de esa primera hora la supervivencia desciende muy rápido). Y suplir la función de los órganos que fallan mediante administración de sueros, fármacos, empleo de máquinas de ventilación mecánica o técnicas de depuración extrarrenal (similares a la hemodiálisis).

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Desde hace años, la campaña Sobrevivir a la Sepsis intenta mejorar el manejo de esta patología con el objetivo de reducir drásticamente su incidencia (un 20%) y su mortalidad para 2020. Pero a pesar de todas estas mejoras, de la edición de guías clínicas y las iniciativas conocidas como código sepsis, la mortalidad continúa siendo alta.

Así que sí, nos enfrentamos a un enemigo peligroso al que, por fortuna, conseguimos vencer en el 65% de los casos. La investigación en sepsis sigue adelante aunque no sea tan conocida como la de otras patologías y el pronóstico mejora lentamente. Pero aún nos queda mucho por hacer.


Existen páginas donde encontrar datos e infografías sobre el diagnóstico y tratamiento de la sepsis, entre otras os recomiendo éstas:

Y aquí os dejo el resumen en español sobre la sepsis de la fantástica JAMA Patient Page: hoja-para-el-paciente-de-jama-090617

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5 respuestas a La sepsis, una enfermedad frecuente que mata

  1. libreoyente dijo:

    Como siempre, excelente post. Enhorabuena y gracias.

  2. teresa romero garcia dijo:

    Quien ha pedido tanta información?

    T.R.

    El dia 19 nov. 2017 18.45, «Curar a veces, aliviar a menudo, consolar

    • anadeph dijo:

      Nadie, me pareció interesante explicarlo

      • Wojtek dijo:

        La pide «sin pedirla» la opinión pública y los medios en general. Se ha dicho y se dice tantas cosas inapropiadas, incluyendo la vertiente de la conspiración, que es necesario aclarar e intentar contener el desbordamiento de información incorrecta, que solo logra reforzar la ignorancia.

  3. Jose Fernando Banquett Florez dijo:

    Gracias doctora por compartir sus conocimientos ❤

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