De sondas y sombreros ajenos: Frederick Foley

En la última entrada de #AHombrosDeGigantes, hablábamos de los médicos que le «roban» el síndrome a quienes realmente lo describieron por primera vez. Decía @neumocitotipo1 que es algo así como «saludar con el sombrero de otro«. Cuando lo que está en juego no es solo la fama, sino también el dinero de la patente, el intercambio de sombreros puede acabar en los juzgados. Así nació la sonda Foley, omnipresente hoy día en la asistencia sanitaria.

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Frederick Eugene Basil Foley nació en St. Cloud, Minnesota, el 5 de abril de 1891. Estudió idiomas en Yale y Medicina en la John Hopkins School of Medicine, donde se graduó en 1918.

Durante sus primeros años de ejercicio, trabajó con William Halsted (uno de los pioneros de la cirugía moderna, inventor de los guantes quirúrgicos) y Harvey Cushing (quien describió el síndrome y la triada que llevan su nombre). También formó parte de la plantilla del Peter Bent Brigham Hospital en Boston durante los años 1920 y 1921.

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El Peter Bent Brigham Hospital (hoy Brigham and Women´s Hospital). La foto es de la década de 1920

No existe ninguna evidencia de su formación como urólogo, pero recibió el certificado de la American Broad of Urology en 1937. Tras unos años en Boston se traslada al Ancker Hospital en St. Paul, Minnesota (hoy St. Paul Ramsey Medical Center).

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El Ancker Hospital a principios del siglo XX

Aunque no recibiera su certificación como urólogo hasta 1937, Foley ya había diseñado su primer catéter en 1929. Se trataba de una sonda con balón para hacer hemostasia tras las cirugías vesicoprostáticas. A partir de ese primer catéter desarrolló, en los años 30, una sonda para drenar de forma continua la orina de los pacientes.

En realidad, lo que traía de cabeza a Foley (y a otros urólogos) era que la sonda se quedara fija sin necesidad de suturas o sujeciones de otro tipo. El catéter de 1929 le dio la clave: el balón que usaba para hacer hemostasia también serviría como autoanclaje de la sonda.

Hasta pocas décadas antes, las sondas eran de goma y se deterioraban rápidamente al mantenerse en el interior de la vejiga. A finales del siglo XIX, Auguste Nelaton había incorporado el proceso de vulcanización descrito por Goodyear a la fabricación de catéteres: estas sondas de látex ya podían mantenerse a la temperatura corporal sin deteriorarse. Combinando estos dos avances, el látex y el balón en el extremo, Foley ideó su sonda de doble luz, una de drenaje y otra para el llenado del balón que la mantendría anclada a la vejiga. La primera demostración de esta nueva sonda la hizo en 1935 ante la Sociedad Americana de Urología, y en 1937 lo publicaba en el Journal of Urology.

Mientras Foley terminaba de diseñar su novedoso catéter vesical, Paul Raiche, de la Davol Rubber Company de Providence (Rhode Island) consiguió la patente. Cuando Foley quiso patentarlo cuatro meses más tarde se encontró con la desagradable sorpresa de que otros le habían pisado el terreno. Presentó una apelación en la que demostraba que la sonda era su creación, y consiguió recuperar la patente.

La Davol Rubber Company tuvo la suficiente visión comercial como para saber que la sonda tendría éxito y merecía la pena luchar por ella, así que Paul Raiche apeló de nuevo y recuperó la patente para la compañía. Esto era más de lo que Foley podía consentir, por lo que volvió a recurrir, pero perdió esta vez y la patente quedó finalmente a nombre de Raiche.

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La patente de Paul Raiche

Pero, lo que son las cosas, la C.R. Bard Company de New Jersey había empezado a comercializar los catéteres antes de la primera patente, en 1935, y los había llamado catéteres de Foley. Así que Foley perdió la patente (y supongo que con ella una importante suma de dinero) pero mantuvo para siempre su nombre unido al de su creación. La historia le había hecho justicia.

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Aunque con pequeños cambios, la sonda Foley que conocemos hoy es básicamente la misma que diseñó Frederick Foley.

Aunque pasaría a la historia unido a su sonda urinaria, también definió algunas técnicas como la pieloplastia en Y-V de Foley. Además inventó una mesa de quirófano hidráulica, un resectoscopio rotatorio y el primer esfínter ureteral artificial. Eso sí, suponemos que, ya escarmentado, no volvería a dejar que le pisaran las patentes.

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Según Google, esto es una pieloplastia en Y de Foley. A mí no me miréis, que yo soy intensivista.

Foley murió el 24 de marzo de 1966, a causa de un cáncer de pulmón. Desde mucho antes, su sonda ya era imprescindible en el cuidado habitual de miles de pacientes. Como sucedió con tantos otros médicos de su época, había sido la necesidad de ofrecer una mejor atención a los pacientes en su práctica clínica diaria la que le había llevado a convertirse en inventor.

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7 respuestas a De sondas y sombreros ajenos: Frederick Foley

  1. neumocito dijo:

    Muy Bueno, difícil superar esta historia. ¡Muy interesante! Al menos le quedó la fama del nombre de la sonda, algo que seguro que perduraría más que la fortuna que hubiese podido amasar y que a buen seguro habrían dilapidado sus herederos, ;))))). Felíz Domingo (lo poco que queda …) y buena semana.

  2. Larita Garcia dijo:

    Que pena q unos se aprovechen del sacrificio,del trabajo y del tiempo de otros y por lo menos, el perdio dinero pero su nombre estara siempre….todo por si solo se pone en su lugar

  3. cateterdoblejota dijo:

    Hola,
    este me ha gustado especialmente… tengo el gusto de conocer «íntimamente» a Foley.
    Lo rebloguearía para mi blog, pero soy Blogger no WorPress…

  4. Eduardo A Manrique González dijo:

    Realmente interesante historia. Soy un investigador apasionado de estos temas, soy cirujano y profesor en m i hospital donde labora y una de las cosas que les enseño a mis alumnos es todo lo relacionado con la historia de la medicina y por supuesto todo lo relacionado con los utensilios que se utilizan durante procederes terapéuticos, porque puedo asegurar que la gran mayoría los utiliza pero no sabe quién y cuando los invento y de donde salieron. Un abrazo

  5. Pingback: William Morton, ¿el auténtico padre de la anestesia? | Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre

  6. supermexxico dijo:

    Después de autosondearme justo por 10ma. ocasión, en ya cuatro años, no dejo de agradecer a F. Foley la invención de su sonda.
    ¿Cómo podrían sobrellevar una hiperplasia prostática benigna antes de su invención?
    Se me hace tan difícil pensarlo.
    Gracias por esta interesante historia.
    Como médico y paciente no se me ocurre una idea mejor para el vaciamiento vesical en urgencia.

  7. Mao MosGa dijo:

    Dedicarle tiempo la historia es invertir conocimiento para multiplicarlo en los alumnos. Me gusta iniciar mis temas de exposición con historia. Que buen aporte. Mil Gracias

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