Carta abierta a Teresa

Querida Teresa:

No sé si algún día leerás esta carta, en el mundo digital nunca se sabe. He decidido escribirte porque, entre todo lo que he leído sobre el Ébola, me falta algo. Sé muchas cosas sobre ti (que no se deberían haber publicado), tengo cierta idea de lo que pasó (hay tantas contradicciones…) pero aún no he encontrado a casi nadie que se preocupe de lo que verdaderamente importa: .

No he visto a nadie ponerse en tu lugar. Yo lo intento y me imagino tu miedo al ponerte el traje por primera vez, sin casi formación. Me imagino tu angustia cada vez que te ponías el termómetro. Tu indefensión cuando, desde salud laboral, quitaban importancia a tu malestar. Imagino tu intranquilidad pensando que has podido contagiar a otros. Tu angustia intentando revivir qué pudo salir mal. Tu enfado al ver como tu «quizá me rocé al quitarme el guante, porque es lo más crítico» se convierte en un «confiesa que se tocó la cara». Como si hubieras estado jugando a la ruleta rusa en vez de atendiendo a un paciente de alto riesgo biológico.

Imagino tu soledad en esa habitación de aislamiento, la pena por tu perrillo que no has podido compartir con nadie. La rabia cuando veas cómo los de arriba te abandonan y te convierten en arma política, en ocasión de conservar o no su poder.

Me siento muy identificada contigo, porque a mí tampoco me ha enseñado nadie a ponerme el traje de seguridad. Es más, en mi hospital no hay monos, solo batas impermeables y mascarillas, que dejan muchas zonas expuestas. Y las respuestas de los responsables son deplorables. Me imagino tu indignación al pensar que tu desgraciado contagio ni siquiera va a servir para que se revisen los protocolos y se mejore la formación, para proteger a tus compañeros.

No salgo de mi asombro cuando oigo cómo los que te han puesto en riesgo por la improvisación, por los déficits en gestión, por un protocolo que reconocen erróneo, por no asegurar que alguien te supervisara y ayudara a quitar el traje, quieren ahora culpabilizarte y lavarse las manos. No sé cómo te contagiaste. No sé qué pasó en el centro de salud y en Urgencias, no sé si tardaste en avisar de tu contacto con el virus, pero nunca se me ocurrirá juzgarte. Tu nivel de angustia en ese momento podría haberte llevado a hacer cualquier cosa. Quizá tenías miedo de que te remitieran de nuevo al Carlos III, a ese servicio de salud laboral que no te hacía demasiado caso. No lo sé. Solo sé que te contagiaste haciendo tu trabajo, ese trabajo tan bonito que tiene un solo nombre: CUIDAR. Que quizá llevaste un poco de consuelo a los últimos momentos de los misioneros fallecidos. Que debes estar orgullosa de tu profesión, aunque te haya puesto en riesgo.

Cuídate, Teresa. No hagas caso a todas las tonterías que se han dicho y que se seguirán diciendo. Cuentas con el apoyo de tus compañeros. Con el de todos lo sanitarios, que admiramos tu valor al exponerte al contagio. Confía en los cuidados y la atención de los profesionales, que son lo mejor de este maltrecho sistema sanitario. Ojalá todo salga bien. Te esperamos en unos meses para celebrar tu curación, quizá en una nueva Marea Blanca. Ánimo, Teresa. No estás sola.

@anadeph

* La enorme difusión de esta entrada me obliga a recordar que este blog tiene activada la moderación de comentarios. No se admiten comentarios agresivos, insultantes o que puedan resultar molestos para otros lectores del blog (espero que no se me haya colado ninguno, porque van cientos de mensajes). El aluvión de mensajes me impide contestarlos a todos, y hace que a veces la moderación sea un poco lenta. Gracias por entenderlo.*

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326 respuestas a Carta abierta a Teresa

  1. antonio dijo:

    ¡¡¡¡ Animo , mucho ánimo Teresa !!!! , tuviste un par de ovarios para ofrecerte voluntaria sabiendo que te jugabas la vida , y estamos seguros que los vas a tener para poner en su sitio a tantos ineptos , no les perdones tanto despotismo y mentiras ,porque si no a otros/otras personas les podria ocurrir lo mismo . Gracias Ana por tu apoyo .

  2. Lola dijo:

    Animo Teresa, considero que eres admirable por el valor que has tenido al ofrecerte voluntaria en una labor tan peligrosa, espero que salgas pronto completamente restablecida y que con el mismo valor que tuvistes para aceptar dicho cometido, salgas con la cabeza bien alta, de saber que has hecho bien tú trabajo y que los únicos responsables de todo esto, son la cantidad de ineptos que tenemos en este país, que sólo saben cobrar buenos sueldos y olvidarse de que hay que invertir mas en sanidad por el bien de todos. Querida Teresa, espero verte pronto saliendo del hospital.

  3. Esti dijo:

    Ahora pide disculpas el consejero de sanidad de madrid por sus declaraciones…… TARDE Y MAL. Solo espero que una vez que todo esto pase, cada cual asuma las RESPONSABILIDADES que le corresponden y dejen en paz a Teresa y a su familia. Ningun profesional de la sanidad española se merece este juicio público a su profesionalidad, y menos en los tiempos que corren. No se cuantas veces he llegado a mi casa DERROTADA por la IMPOTENCIA de no poder cuidar a mis pacientes como debiera ser, como yo quisiera porque los recortes se han cebado con el personal sanitario y los que estamos NO LLEGAMOS… POCOS ERRORES SE PRODUCEN, suelo decir a quien quiera escuchar…… Que triste es que un paciente te necesite y se aguante hasta que ya no puede más porque «no quiere molestar» porque te ve corriendo desesperada y que no llegas…..
    ÁNIMO TERESA! TÚ RECUPERATE!! Parece que ya QUEDA MENOS….TÚ DESCANSA QUE YA RESPONDEREMOS LOS DEMÁS A ESTOS ATAQUES gratuitos. Te ha tocado a ti, pero podiamos haber sido cualquiera…y ESTAMOS YA CANSADOS.
    PD: aun así no cambiaria mi profesión por nada del mundo. Me sube muchisimo el ánimo ver que quienes realmente nos importan, NUESTROS PACIENTES, valoren nuestro trabajo y nos esten mostrando todo su apoyo. Al fin y al cabo, ELLOS SON QUIENES NOS IMPORTAN.

  4. Nieves dijo:

    Hola Teresa quiero que sepas que admiro tu valor , tu trabajo y tu valentia , y que estoy segura que te vas a curar . Animo y un abrazo muy fuerte!

  5. Almudena dijo:

    Soy compañera de profesión, pero también soy paciente, como todos en alguna ocasión. Es de agradecer tener personas como TÚ, que anteponen el bienestar ajeno al propio. Que se arman de valor a la hora de realizar esas tareas que pocos harían y las hacen, casi siempre bien. Fundamentalmente cuando se tienen los medios, la preparación y el tiempo necesarios para realizarlos, algo casi nunca posible.
    Espero que todo esto quede en anécdota y no te deje secuelas que dificulten tu vida diaria. Ánimo para superar todo esto y lo que vendrá. Para superar la pérdida de TU PERRO, algo que quien no es perrero no es capaz de entender.
    Que todo esto sirva para unirte más a todos aquellos que te quieren.
    Ignora a todos aquellos que han puesto argumentos falsos y erróneos para ocultar todas las carencias con las que lidiamos a diario.
    Animo y mucha fuerza.

  6. l4k3 dijo:

    No sé si lo que voy a decir será en parte criticado por alguien, pero lo diré desde el fondo más virgen de mi corazón. Sobre todo gracias Ana por dejarme entrar, por exponer tus emociones, y por estar al lado de Teresa.
    Si no hubiera sido la causa por esta enfermedad llamada Ebola, no hubiera conocido a Teresa Romero, ni tan solo siquiera hubiera empatizado con todos los esfuerzos que muchas personas están haciendo al día de hoy, logrando ellas ( no los politicos) que esta («nueva») epidemia, sea más entendida gracias por vosotros los médicos de a pie, que son los que tratan y lidian con el virus.
    Cuando lea esto Teresa, que lo leerá, decirte que, como amiga de unos peludos que viven conmigo y que a veces me ponen de los nervios, porque el día a día no nos deja (o pocas) opciones para vivir felices, ahora, desde que Excalibur hizo un paso (el cual lo haremos todos), hacia un estado mucho mejor (es lo que deseo y espero), después de estar por aquí luchando y sobreviviendo, él, solamente él, ha hecho que su nombre, su perfil, sus ojos tan expresivos como lo son los de todos los perros, haya movilizado en pocas horas, a más de 400.000 personas acompañadas de sus firmas y comentarios, para que se haga justicia. Muchas personas no lo entendieron, pero esto lo lleva el ser ignorante en campos altruistas que jamás pisarán, comparando (lo que se hizo) con otros «quehaceres», solo por excusarse al no poder ni saber lo que significa un peludo en nuestras vidas (ni para la ciencia).
    Lo que sé, es que a veces dicen que te lo han dicho y otras no, pero que sepas, que Excalibur, el Gran Excalibur, ha hecho mucho y lo seguirá haciendo. Su nombre no caerá en vano, y que ayudará a muchos de su especie, estoy segura, y por ello le doy Gracias.
    No te pongas triste, porque no estás sola, como yo, hay miles de personas que saben de ti, de Teresa Romero, una gran luchadora, y que todavía le queda mucho por luchar por los demás, al igual que tu peludo y amado Excalibur.
    Te mando un fuerte y largo abrazo.
    Seguiré preguntando por ti, y esperaré el ansiado día de verte salir rodeada de tus compañeros, por la puerta del hospital.
    Tere.

  7. Pingback: Tsunami | Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre

  8. Teresa, realmente te admiro por el valor que has tenido al ofrecerte voluntaria en una labor tan peligrosa, y ademas con una de las peores enfermedades, deseo que no te deje secuelas que dificulten tu vida diaria, así que animo para superar todo esto.
    Espero verte pronto saliendo del hospital y que lo hagas con la cabeza bien alta.
    Un abrazo y mucho animo!!!!

  9. Mercedes dijo:

    Siempre existen personas humildes las que dan ejemplos como tú Teresa; nunca deje de esperar la grata noticia que han dado de tú buena recuperación.
    ¡Quien se querrá poner los galones ahora? Para mi son los médicos , enfermeras y todo el personal sanitario que estuvo a tu lado.al igual que, cuando tú estuviste con quien lo ha necesitado en su momento.

    Un saludo cordial, y dios mediante te veré saliendo del hospital.

  10. FRANCISCO dijo:

    Que fácil es criticar, menospreciar, subestimar, cuando es otra la que se juega la vida por ti. Que fácil es utilizar al indefenso para mantener de forma ruin e indeseable un miserable cargo; que pena y que tristeza me invade sabiendo que muchas «Teresas» seguirán dando sus vidas, también, por estos mediocres.

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